EVANGELIO DÍA 30 DE JULIO



En aquel tiempo, Jesús llegó a Su propia tierra, donde comenzó a enseñar en la Sinagoga del lugar. La gente admirada decía: “¿De dónde ha sacado éste todo lo que sabe¿, ¿cómo puede hacer tales milagros?, ¿no es éste el hijo del carpintero?, y Su madre ¿no es María?. ¿No son sus hermanos Santiago, José Simón y Judas y no viven sus hermanas también aquí, entre nosotros?. ¿De dónde ha sacado todo esto?”. Y no quisieron hacerle caso. Por eso Jesús les dijo: “En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra y en su propia casa”. Y no hizo allí muchos milagros porque aquella gente no creía en Él.



MEDITACIÓN



Los santos que nos rodean nos pueden resultar tan familiares, que no somos capaces de ver su grandeza. Después de todo, son como nosotros. Esa falta de capacidad de sorpresa es la que nos hace perdernos la sabiduría de esas personas, que quizás son las que mejor podrían empujarnos más allá de nosotros mismos para llegar a Dios.



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