EVANGELIO DÍA 5 DE AGOSTO



Cuando Jesús llegó a la región de Casárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?”. Ellos contestaron: “Unos dicen que Juan el Bautista, otros que Elías, y otros que Jeremías o algún Profeta”. “Y vosotros, ¿quién decía que soy?”. Simón Pedro le respondió: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente”. Entonces Jesús le dijo: “Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún hombre te ha revelado esto, sino mi Padre que está en el cielo. Y Yo te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a edificar mi iglesia, y el poder de la muerte no la vencerá. Te daré la llave del Reino de los Cielos; lo que ates en este mundo, también quedará atado en el cielo y lo que desates en este mundo.. también quedará desatado en el cielo”. Luego, Jesús ordenó a sus discípulos que no dijesen nada a nadie. A partir de entonces, Jesús comenzó a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y que los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la Ley, le harían sufrir mucho.

(Mateo 16, 13-23)



MEDITACIÓN



¿Quién es Jesús para mi?. Mi respuesta sincera, determinará lo que hago con mi vida, lo que haga por los demás, y lo que finalmente, hará que mi vida tenga sentido. Es importante saber quién es Jesús para ti, pero más importante es todavía, la profunda alegría que surge, cuando descubres lo que eres tú para Él.




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