UNA DE LAS MISIONES DEL TEMPLE: RESTAURAR VALORES (III)



Para terminar este primer apartado, si quieres saber saboreando la vida, te ofrezco estos pequeños consejos, para que tu saber pueda ser saboreado.
                                      
Ø     Practica el saludo sincero. Sabe vivir quien sabe reconocer a los demás y ese reconocimiento comienza con el saludo. Sin el saludo, conoces; con el saludo, reconoces. No olvides que si dejas de saludar a los conocidos, comenzarán tarde o temprano a desconfiar de ti y acabarán por volverte la espalda. Saludar no es fingir, sino practicar en vivo y en directo la convivencia que termina calmando la desconfianza.

Ø     Arrepiéntete. Pide perdón y dimite si es menester. Tres palabras difíciles de decir. Añade dos más: Lo siento, y habrás pronunciado las cinco más importantes de la Sabiduría. No hay en la vida un mejor pegamento que la disculpa, pues ella lo une todo. Pedir perdón no te rebaja, sino que te ennoblece a los ojos de los verdaderamente nobles. Si el otro no entiende tu gesto peticionario, tanto peor para el otro. Si eres orgulloso, convienes que ames la soledad porque los orgullosos siempre se quedan solos.

Ø     Sonríe, por favor. Sonreír, es facilitar la Verdad. No esperes nunca que la sonrisa parte del otro. Si quieres ventaja, tómatela y se el primero a la hora de sonreír. Quien sonríe primero sonríe dos veces.Cultiva la amistad siempre que puedas. Sólo se entra a la Verdad del otro con respeto. Allí donde existe amistad, todo cambia hasta entre los que hubieran sido antiguos

(continuará)

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