LAS SIETE PALABRAS (III)




Autora: Hna. L.G.+

TERCERA PALABRA

MUJER, MIRA ATU HIJO

Un ángel de luz salió del gran trono blanco de luz y descendió sobre las llanuras de la Esdrelón, fue hasta una virgen humilde de Nazaret, arrodillada en oración, y le dijo:”Ave María, llena de gracia “. Estas no fueron palabras, fueron la Palabra,” y el Verbo de hizo carne”. Esta  fue la primera Anunciación.
Pasaron nueve meses y de nuevo un ángel del gran trono blanco de luz bajó hasta los pastores de las montañas de Judea y les enseñó  la alegría de una”Gloria in excelcis”  y les invitó a adorar a Aquel que el mundo no podría contener. Un “Niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre. La eternidad se hizo tiempo en vínculos. Esta fue la primera Natividad.
Después vino Nazaret y el taller de carpintero donde el Divino Niño trabajó hasta que fue bautizado con sangre, habiendo una pequeña cruz que anunciaría la gran cruz que un día sería la suya en el calvario.
También podemos verlo en Su taller, extendiendo sus brazos fatigados, mientras el Sol poniente proyecta sobre la pared opuesta la sombra de un hombre en la cruz.
Podemos imaginarnos a Su madre, viendo en cada clavo la profecía de que un día el mundo clavaría en la gran cruz al carpintero del Universo.
Nazaret, se convirtió en el calvario y los clavos del taller en los clavos de la maldad humana. Desde la cruz, Cristo completó Su última voluntad y Su testamento. Ya antes había dejado su sangre a la Iglesia, sus ropas a sus enemigos, a un ladrón el paraíso y pronto dejaría Su cuerpo a la tumba y Su alma a Su Padre Celestial.
¿A quién daría los dos tesoros que Él amaba por encima de todas las cosas, María y Juan?  Los dejaría uno a otro, dando a  su vez un hijo a su madre y una madre a su hijo. "! Mujer!". Era la segunda Anunciación. La media noche, el cuarto silencioso, la oración en éxtasis eran ahora el monte calvario, el cielo oscuro y un hijo clavado en la cruz.
Pero ¡que consuelo!. Era sólo un ángel el que hizo la primera anunciación y es la dulce voz  de Dios la que hace la segunda.
¡Mira a tu hijo!. Fue la segunda Navidad. María tuvo a Su primer hijo sin dolor en el pesebre de Belén; ahora tiene a Su segundo hijo, Juan, con los dolores de la cruz. En ese, momento María sufre los dolores del parto, no solo por Su segundo hijo, sino también por los millones que le nacerán en los siglos venideros como”Hijos de María”. Ahora comprendemos  por qué Cristo fue llamado “Primogénito”
No porque fuera a tener otros hijos de la sangre de Su cuerpo, sino porque iba  atenerlos de la sangre de Su corazón.
María, pues, no es sólo Madre  del Salvador, Nuestro Señor Jesucristo, sino que es también nuestra Madre, por habernos tenido con dolor al pie de la cruz. Fue por su debilidad y desobediencia que al pie del árbol del bien y del mal, Eva perdió el título de madre de la vida. Al pie del árbol de la cruz que María, por Su sacrificio y obediencia, recobró para nosotros el título de Madre de los hombres! Hermanos Templarios!!Que destino nuestro de tener a la Madre de Dios por Madre nuestra y Jesús por Hermano!
N.N.D.