EN BUSCA DEL GRIAL (V)



Autor: Hermano A.L.

VII. Adelantarse a la tentación.

Generalmente, solemos reconocer nuestros vicios. Pues bien, de lo que se trata, es de procurar que cuando ese vicio empieza a asomar las narices en nuestro Espíritu, dar un fuerte tirón de las riendas a nuestro “caballo interior”, contar hasta cien, para que ese vicio no aflore en nuestro Espíritu. Pongamos unos ejemplos:

a) Cuando estemos en una conversación y uno de los que hay allí nos insulte u ofenda, no se trata de que nos quedemos callados, pero si podemos responderle con firmeza y claridad, pero también con delicadeza.

b) Evitar los juicios temerarios, tanto en nuestro mundo cercano como en lo que vemos en las televisiones.

c) Evitar ver escenas violentas, para que el odio no se instale en nuestro corazón.

d) Procurar no envidiar las cosas que otros poseen y nosotros no podemos tener, a nivel material. No olvidemos que el Templario, vive con austeridad y que todo lo que desea es la mayor gloria del Padre.

e) Como antes comenté, el Templario no debe tener enemigos a quien odiar, sino prójimo por el que hay que orar.



VIII. Papel del Templario en las herencias familiares.

En el reparto de la herencia familiar entre varios hermanos, es quizás uno de los asuntos más peliagudos y duros en que se encuentran las familias. Rara es la vez, en que los hermanos no terminen peleándose, acarreando a los primos con los que has estado jugando desde toda la vida. Y en éste tema, Satanás se desenvuelve como pez en el agua.

Mi experiencia en el tema, es la de que el Templario debe, con tiempo, visitar tanto a abogados como Notaría, explicar la situación, e ir encontrando soluciones hablando con los padres; que los problemas a resolver sean mínimos y que todos los hermanos puedan seguir reuniéndose en Nochebuena y muchos días más en amor y compaña.

(continuará)

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