LA IGLESIA EN CRISTO (III)








Autora: Soror S.G.++

Colosenses 1:18 dice:
“Él es también  la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia, siendo el principio, el primogénito entre los muertos para ser el primero en todo, ya que en El quiso el Padre que habitase toda su plenitud.”

Efesios 1:19 y siguientes dice:
“Y el Altísimo, manifestó la excelsa grandeza de Su poder para con nosotros, los creyentes, según la Fuerza de Su poderosa virtud, la que ejerció en Cristo, resucitándolo de entre los muertos, sentándolo a Su derecha, en los cielos, por encima de todo principado, potestad, autoridad, señorio y de todo lo que hay en este mundo y en el venidero; todo lo sometió bajo sus pies y a Él lo constituyo cabeza de la Iglesia por encima de todas las cosas; la Iglesia es su cuerpo, la plenitud de todo lo que existe.

De estos capítulos de la Palabra de Dios podemos deducir que:
Nosotros, todos los creyentes juntos, TODOS LOS NACIDOS DE NUEVO EN CRISTO, componemos el cuerpo de Cristo. Y que Él es la Única Cabeza.


Galatas 3:26-28
“Pues TODOS sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.”
TODOS somos, sin ninguna distinción, hijos de Dios POR LA FE en Cristo Jesús y TODOS somos, de nuevo sin ninguna distinción y por la misma fe, miembros del cuerpo de Cristo.

Luego parece ser que el requisito para pertenecer a la Iglesia de Cristo es tener fe y creer que Él es el Hijo de Dios, Su Enviado, Cordero que limpia nuestros pecados, creer en Su Evangelio de amor y practicarlo.

Desde este momento, la Fuerza Crística se ilumina en ti, al escuchar el deseo sincero y profundo de tu corazón y se produce el Bautismo, un acto invisible, privado e intimo entre el Espíritu Santo y tu corazón, que te ilumina para nacer de nuevo.

Este acto no pertenece en exclusiva a ninguna organización terrenal sino sólo a la Cabeza de la Iglesia que es Jesucristo y administra el perdón y el crecimiento a través del Espíritu Santo que le obedece.

 1 Corintios 12 3. “ Por eso os manifiesto que nadie movido por el Espíritu Santo puede decir: "Maldito sea Jesús" y nadie puede decir: "Jesús es el Señor" si no es movido por el Espíritu.


Que la iglesia y el cuerpo son UNO y NO MUCHOS es evidente en muchos otros pasajes en la Palabra de Dios.

(continuará)

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