REPARACIÓN

Meditemos las palabras que un día Jesús dirigió a la samaritana, y que las dijo pensando también en nosotros: "Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber....". Si nos diéramos cuenta de lo que supone este darse del Señor a nosotros tan generosamente, si apreciáramos el don de la fe, la vocación de ser templarios y poder ser instrumentos de los planes del Cristo. Si nos diéramos cuenta de la situación tan privilegiada que tenemos en relación a tantos que le ignoran, ¡cómo procuraríamos corresponder a Su Amor y darlo a conocer a todos los que se cruzaran en nuestro camino!. ¡Cómo nos esforzaríamos en reparar y suplir lo que ellos no hacen!.