EVANGELIO DÍA 3 DE JUNIO



En aquel tiempo, dijo Jesús: “Os aseguro que vosotros lloraréis y estaréis tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría.  Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia porque le ha llegado la hora, pero cuando ya ha nacido la criatura, la madre se olvida del dolor a causa de la alegría de que un niño haya venido al mundo. Así también, vosotros os angustiáis ahora, pero Yo volveré a veros y vuestro corazón se llenará de alegría, de una alegría que nadie os podrá quitar. Aquel día, ya no me preguntaréis nada”.
(Juan 16, 20-23)

MEDITACIÓN

En los cambios, a veces injustos de la vida, nos arrebatan muchas cosas: Un puesto de trabajo, una oportunidad, un amor, un sueño, un proyecto, un lugar, pero nada ni nadie, nunca, podrá hacer desaparecer del ser humano, la voluntad de creer y esperar con fe y esperanza, la actitud de proclamar que eres Dios y nos has salvado.

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