EVANGELIO DÍA 18 DE DICIEMBRE



A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven Virgen llamada María. El ángel entró donde Ella estaba y le dijo: “¡Te saludo, favorecida de Dios!. El Señor está contigo”. Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras y se preguntaba que significaría aquél saludo. El ángel le dijo: “María, no tengas miedo, pues Tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta, tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre al que llamarán Hijo del Dios Altísimo, y Dios, el Señor, lo hará rey, como a su antepasado David y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin”. María preguntó al ángel: “¿Cómo podrá suceder esto si no vivo con ningún hombre?”. EL ángel le contestó: “El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios Altísimo se posará sobre ti como una nube. Por eso el niño que v a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana va a tener un hijo, la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible”. Entonces María dijo: “Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!”.
(Lucas 1, 26-38)

MEDITACIÓN

Siempre envías mensajes, signos, llamadas de atención, gestos pequeños y grandes. Como me tranquiliza saber que dices una Palabra en todo momento y como me asustas si te callas. He aprendido ya, que para escuchar tus innumerables mensajes, yo debo estar en mi casa, en mis cosas, en lo mío, en orden, paz con todos y conmigo, con el corazón tranquilo y sereno. ¡Hazme capaz, Señor, de percibir Tu Palabra!”.

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