EVANGELIO DÍA 22 DE SEPTIEMBRE

Jesús dijo a la gente esta parábola: "Salió el sembrador a sembrar su semilla. Al sembrarla, algo cayó al borde del camino, lo pisaron, y los pájaros se lo comieron. Otro poco, cayó en terreno pedregoso y al crecer, se secó pore falta de humedad. Otro poco cayó entre zarzas y las zarzar, creciendo al mismo tiempo, lo ahogaron. El resto, cayó en tierra buena y al crecer, dio fruto bueno al ciento por uno". Dicho esto, esclamó: "El que tenga oídos para oír, que oiga". Entonces le preguntaron los discípulos: "¿Qué significa esa parábola?". Él les respondió: "A vosotros, se os ha concedido conocer los secretos del Reino de Dios, a los demás, sólo en parábolas, para que viendo no vean y oyendo no entiendan. El sentido de la parábola es este: "La semilla, es la Palabra de Dios. Los del borde del camino, son los que escuchan, pero luego viene el diablo y se lleva la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven. Los del terreno pedregoso, son los que al escucharla, reciben la palabra con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba fallan. Lo que cayó entre zarzas, son los que escuchan, pero con los afanes y riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no maduran. Los de la tierra buena, son los que con un corazón noble y generoso, escuchan la Palabra, la guardan y dan fruto permanente".
(Lucas 8, 4-15)

MEDITACIÓN

Señore, me veo reflejado en la rierra del borde del camino, entre piedras y zarzas. Pero sé que eres el  mejor sembrador y prepararás la tierra de mi corazón para que sea mi buena tierra la que de mucho fruto.

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