EVANGELIO DÍA 2 DE SEPTIEMBRE



En aquel tiempo, los letrados y fariseos se dijeron a Jesús: “Los seguidores de Juan y los de los fariseos ayunan mucho y hacen muchas oraciones, pero tus discípulos no dejan de comer y de beber”. Jesús les contestó: “¿Acaso podéis hacer que ayunen los invitados a una boda mientras el novio está con ellos?. Ya llegará el momento en que se lleven al novio. Cuando llegue ese día, ayunarán”. También les contó esta parábola: “Nadie corta un trozo de un vestido nuevo para arreglar un vestido viejo. De hacerlo así, echará a perder el vestido nuevo, además el trozo nuevo no quedará bien en el vestido viejo. Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo hace que los odres revienten, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos. Y nadie que beba vino añejo querrá después beber el nuevo, porque dirá que el añejo es mejor”.
(Lucas 5, 33-39)

MEDITACIÓN

Jesús, se define como el novio. Él es el esposo de la humanidad, por ella ha nacido, muerto y resucitado. Es un nuevo amor que corre por l sangre de cada persona bautizada. Es una gratuidad sin medida, un regalo al corazón humano herido de falsos amores y egoísmos. Ante esta noticia, no se puede ayunar. ¡Hay que brindar, saltar y bailar de alegría!.

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