EVANGELIO DÍA 8 DE OCTUBRE



Jesús estaba expulsando un demonio que había dejado mudo a un hombre. Cuando el demonio salió, el mudo comenzó a hablar. La gente se quedó asombrada, aunque algunos dijeron: “Belcebú, el jefe de los demonios, es quien ha dado a este hombre poder para expulsarlos”, Otros, para tenderle una trampa, le pidieron una señal milagrosa del cielo. Pero Él, que sabía lo que estaban pensando les dijo: “Todo país dividido en bandos enemigos se destruye a sí mismo y sus casas se derrumban una tras otra. Así también, si Satanás se divide contra sí mismo ¿cómo mantendrá su poder?. Digo esto porque decía que Yo expulso a los demonios por el poder de Belcebú. Pues si Yo expulso a los demonios por el poder de Belcebú ¿quién da a vuestros seguidores el poder para expulsarlos?. Por eso, ellos mismos demuestran que estáis equivocados. Pero si Yo expulso a los demonios por el poder de Dios, es que el Reino de Dios ya ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida de su casa, lo que guarda en ella está seguro. Pero si otro más fuerte que él llega y le vence, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes como botín. El que no está conmigo está contra Mí, y el que conmigo no recoge, desparrama”.

(Lucas 11, 15-26)



MEDITACIÓN



Tentar a Dios pudiente “signos”, es desear lo mágico, no a Dios. La e no pone a Dios a prueba, la fe confía en lo que ocurre, cuando Dios hace que ocurra, nos acerca más a lo que Dios quiere para nosotros.



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