EVANGELIO DÍA 16 DE OCTUBRE



Los fariseos se pusieron de acuerdo para sorprender a Jesús en alguna palabra y acusarle. Así que enviaron a algunos de los partidarios de ellos, junto con otros del partido de Herodes a decirle: “Maestro, sabemos que Tú siempre dices la verdad, que enseñas de veras a vivir como Dios manda y que no te dejas llevar por lo que dice la gente, porque no juzgas a los hombres según su apariencia. Danos pues tu opinión. ¿Estamos nosotros obligados a pagar impuestos o no?”. Jesús, dándose cuenta de la mala intención que llevaban, les dijo:  “Hipócritas, ¿por qué me tendéis trampas?. Enseñadme las monedas con que se pagan el impuesto”. Le trajeron un denario y Jesús les preguntó: “¿De quién es esta imagen y el nombre aquí escrito?”. Le contestaron: “Del César”. Jesús les dijo entonces: “Pues dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.
(Mateo 22, 15-21)

MEDITACIÓN

El juego de los fariseos se repite también hoy. Hay gente que reconoce objetivamente el bien que hacemos, pero quiere encontrar deficiencias, desaciertos, graves errores. Jesús, dueño de sí mismo, conociendo lo oculto del corazón humano, responde, no sin expresar una palabra de denuncia. Y Su respuesta, deja claras una responsabilidad cívica inevitable y una responsabilidad ante Dios. Desarrollemos una personalidad armoniosa que abarque todas las facetas de la vida.

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