EVANGELIO DÍA 2 DE MAYO




Un fariseo llamado Nicodemo, hombre importante entre los judíos, fue de noche a visitar a Jesús. Le dijo: “Maestro, sabemos que has venido de parte de Dios a enseñarnos, porque nadie puede hacer los milagros que Tú haces si Dios no está con Él”. Jesús le dijo: “Te aseguro que el que no nace de nuevo no puede ver el Reino de Dios”. Nicodemo le preguntó: “Pero ¿cómo puede nacer un hombre que ya es viejo?. ¿Acaso puede entrar otra vez dentro de su madre para volver a nacer?”. Jesús le contestó: “Te aseguro que el que no nace del agua y el Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es Espíritu. No te extrañes si te digo: Tenéis que nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere y aunque oyes su sonido, no sabes de dónde viene y a dónde va. Así son todos los que nacen del Espíritu”.
(Juan 3, 1-8)

MEDITACIÓN

Como una luz nueva, como un sendero desconocido, como un nuevo espacio en la mente y el corazón, así aparece el mensaje de Jesús ante los expertos de la Ley de Dios y los varones con experiencia de Israel. Sólo algunos se atrevieron, de noche, a ir a preguntarle al Maestro. Hay que desandar el camino, hay que volver a empezar y leer de nuevo las Escrituras, dejarse sorprender por un Dios humano. Hay que dejar actuar y moverse al Espíritu, que dice y hace cosas nuevas.

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