LA VIDA COMO PASAJE




Autor: M.C.R.

Un Pasaje de la Orden del Temple, es sin ningún lugar a dudas lo más parecido al Cielo que podemos vivir en la Tierra. Por unas horas la Materia se pliega al Espíritu y todo es "como debería ser".


Se encuentran los hermanos y hermanas en torno a un bien más preciado que ellos mismos, se santifican las horas y las acciones cotidianas, se celebra el Pan y el Vino en el Oficio Templario, y los Planos se abren para comunicarse con nosotros. 
Creo que el Pasaje es un modelo de vida que deberíamos trasladar a nuestra vida cotidiana, todos los secretos del Arte de la Felicidad se contienen en un Pasaje de la Orden del Temple. Abandonamos nuestros ruidos cotidianos para acudir a un centro, la Casa Madre, que representa nuestro Centro Interior al cuál debemos acudir diariamente, nuestro Templo imaginal dónde todo se rige por las Leyes Espirituales.
En segundo lugar, nos reunimos en torno a la Mesa, lugar donde el Cristianismo tuvo su origen, donde Cristo gustaba de convivir con sus discipulos, la comida compartida-espiritual y material- es un símbolo importántisimo que tuvo su continuidad en la Mesa Redónda del Rey Arturo, y sobre la cuál no podemos decir más aquí.
                             
En tercer lugar, las horas se rigen por la actividad del Espíritu y no por las reglas mundanas, el trabajo es constante alimento del Espíritu y mejora de la vida, y por tanto el contacto con la Divinidad se produce con una  facilidad pasmosa que llega a sobrecogernos a todos.                      
En las ponencias y charlas, los Hermanos ponen en común sus intereses y investigaciones, y comparten y debaten propuestas para la mejora propia, de la Comunidad Templaria y la Humanidad. Un pedacito de Cielo, un nuevo Monte de Transfiguración en el que de nuevo, el Cristo no nos deja quedarnos, porque muchos nos quedaríamos gustosos allí, pero hay que bajar de nuevo al Valle a dar la Buena Nueva....tenemos que devolver en Servicio lo recibido.
Entre Pasaje y Pasaje tiene lugar la peregrinación de la Humanidad, y también nuestra peregrinación interior. Entre Pasaje y Pasaje tiene lugar pequeños capítulos de nuestra vida que nos permite divisar poco a poco nuestra misión kármica. El Pasaje es el encuentro con el propio Karma, un regalo precioso que nos permite detenernos y evaluar nuestra trayectoria.
Para quien lo hace una vez, es una locura no volver, para quien no lo ha visto aún, posiblemente sea una locura venir.
Venid y veréis....
Non Nobis
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