LA SÁBANA SANTA DE TURÍN (IV)



De acuerdo a las costumbres judías y según los Evangelios, el cuerpo de Jesús debió quedar tendido en el sepulcro preparado por José de Arimatea y la postura de las manos sobre la región pélvica, coincide con los enterramientos hallados en Qumrâm por el padre De Vaux de la Escuela Bíblica. No fue el cumplimiento de la práctica judía la preocupación principal, lo demuestra el mismo Sudario, donde ha quedado a imagen del cuerpo, el cual no fue lavado según la costumbre y la Ley, aunque sí ungido con grandes cantidades de óleos costosos y rápidamente amortajado.

En Junio de 1.969, una comisión de especialistas estudió la Síndone a fin de recomendar las pruebas idóneas para establecer su naturaleza y procedencia. Se reunieron en secreto, pero se filtró que el Cardenal y los custodios del Sudario, fueron acusados de haber actuado con nocturnidad y alevosía. La comisión informó el 17 de Junio, que la pieza estaba en excelente estado de conservación y recomendó que las pruebas debían emplear un mínimo de material y se tomaron disposiciones en secreto para la recogida de muestras, que tuvo lugar el 24 de Noviembre de 1.973, después de exponer el Sudario dos días a las cámaras de televisión.

Se extrajeron 17 muestras del tejido, cuidando que no hubiera la más mínima contaminación, sacando dos muestras, una de 13 x 40 mms. Y otra de 10 x 10 mms. de un lado de la tela, más dos hilos sueltos sacados de la trama. El género era una espiga de 3 hilos por 1 y que se usaba en tiempos de Jesús, aunque más para la seda que para el lino. Se vio que era lino con trazas de algodón, de donde se dedujo que había sido confeccionada en un telar que antes había servido para tejer algodón. Un análisis reveló que era de la especie Gossypium Herbaceum, nativa del Mediterráneo oriental y que la pieza se fabricó en Oriente Próximo.




 

El criminólo suizo Max Frei, logró identificar polvo mineral, fragmentos de cabello y fibras vegetales, esporas de mohos y hongos y granos de polen de las plantas fanerógamas Tamarix, Sualda y Artemisa, que se hallan casi exclusivamente a orillas del Mar Muerto. En consecuencia, una falsificación realizada por ejemplo en Francia en la Edad Media, al no existir en el país esas halófitas, no podrá contener los granos de polen característicos de los desiertos de Palestina. Se encontraron también en el Sudario, plantas de la estepa anatolia de Turquía, así como ocho especies vegetales mediterráneas, lo que cuadra con la exposición del Sudario en Francia e Italia.

(continuará)

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