EVANGELIO DÍA 15 DE OCTUBRE



Por aquel tiempo, Jesús dijo: “Te alabo Padre, Señor del Cielo y de la Tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Si, Padre , porque así lo has querido. Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie conoce realmente al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce realmente al Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer. Venid a Mi todos los que estáis cansados y agobiados, y Yo os haré descansar. Aceptad el yugo que os impongo y aprended de Mi, que soy paciente y de corazón humilde, así encontraréis descanso. Porque el yugo y la carga que Yo os impongo son ligeros.
(Mateo 11, 25-30)

MEDITACIÓN

He visto a Jesús alabar a Su Padre después de resucitar a Lázaro y ahora ante la Luz de los sencillos. Si te acostumbras a alabar a Dios ante las pequeñas cosas de cada día, tu corazón se volverá agradecido y sensible; si haces el propósito de agradecer antes que pedir, tu corazón encontrará mil motivos para ello. Éste es el secreto de los sencillos: Vivir de la dependencia del Padre, recibir todo de Él y descansar en Él.

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