EVANGELIO DÍA 2 DE ENERO



Este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: “¿Tú quién eres?”. Él confesó sin reservas: “Yo no soy el Mesías”. Le preguntaron: “¿Entonces, qué?, ¿eres tú Elías?”. Él dijo : “No lo soy”. “¿Eres tú el Profeta?”. Respondió: “No”. Y le dijeron: “¿Quién eres?, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?”. Él contestó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: Allanad los caminos del Señor”, como dijo el profeta Isaías. Entre los invitados había fariseos y le preguntaron: “Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, el Elías, ni el Profeta?”. Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mi, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia”. Esto pasaba en Betania, en la orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.
(Juan 1, 19-28)

MEDITACIÓN

Jesús, el reproche del Bautista a los israelitas (con vosotros está y no le conocéis), me lo hago yo hoy a mí mismo. Tengo un año por delante para progresar en conocer al Padre y a Su enviado, en eso consiste la Vida eterna. Y yo la quiero para mí y para todos tus discípulos, no sólo después de mi muerte, sino ya en esta vida. Allana el camino, derriba las colinas del orgullo, del desamor, que me impiden verte y amarte en los hermanos. Conocerte mejor a Ti y descubrirte en los hermanos, va a ser la fuente de mi felicidad.

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